El 11 de marzo fue el primer aniversario de la declaración de la COVID-19 como pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En mayo de 2020, analizamos semanalmente cambios en las escalas principales durante las siete semanas posteriores a la declaración de la OMS. En ese momento, encontramos poca evidencia de que la COVID-19 cambiara las puntuaciones de evaluación de la personalidad, con la excepción de cambios estadísticamente significativos pero mínimos en las escalas de ciencia y altruismo.
Sin embargo, es posible que siete semanas no hayan sido suficientes para que aparezcan los efectos. Con el tiempo, a medida que el estrés de la pandemia y los cambios que provocó en nuestras vidas se acumularan, ¿veríamos cambios generalizados en la personalidad o los valores? ¿aumentaría la volatilidad emocional y las puntuaciones de Estabilidad Emocional? ¿nos apoyaríamos aún más en descarriladores antiguos o encontraríamos otros nuevos? ¿cambiarían nuestras motivaciones?
Queríamos ver si las puntuaciones de la evaluación de la personalidad habían cambiado en el último año. Siguiendo nuestro trabajo anterior, agrupamos a las personas usando períodos de siete días, contando hacia atrás y hacia adelante 52 semanas desde la declaración del 11 de marzo. Teníamos datos del Inventario de Personalidad de Hogan (HPI) para 280.196 personas, de la Encuesta de Desarrollo Hogan (HDS) para 208.556 personas y del Inventario de Motivos, Valores y Preferencias (MVPI) para 186.164 personas. Utilizamos una técnica analítica ligeramente diferente a la que usamos el año pasado, pero este enfoque aún nos permitió estimar dos cambios importantes: cambios en las puntuaciones en el momento de la declaración de la pandemia (un efecto inicial) y cambios semanales medios a partir de entonces (un efecto continuo).
Combinamos el efecto en el momento de la declaración de la pandemia con el efecto semanal, acumulado durante 52 semanas, para estimar el cambio total desde que comenzó la pandemia. Presentamos esos resultados en la siguiente figura.
Los cambios son mínimos. El rango de los valores de la d de Cohen para las escalas se sitúan entre -.07 (hedonismo) y 0.07 (ciencia). Como referencia, Cohen recomienda interpretar los valores de d por debajo de 0,20 como mínimos.
Cuando miramos los efectos iniciales y continuos por separado, vemos dos razones para estos resultados. Para la mayoría de las escalas, la pandemia parece no haber tenido ningún efecto considerable. Para un conjunto más pequeño de escalas, cualquier efecto inicial se ha revertido con efectos actuales con una tendencia en la dirección opuesta. Por ejemplo, las puntuaciones de hedonismo disminuyeron levemente alrededor del momento de la declaración de la pandemia. Sin embargo, las puntuaciones semanales de hedonismo han aumentado desde entonces, por lo que el efecto general de la pandemia se ha debilitado con el tiempo.
Estos resultados sugieren dos cosas. Primero, el efecto de la pandemia de COVID-19 sobre la personalidad y las puntuaciones de valores ha sido en gran parte inexistente. En segundo lugar, incluso en los pocos casos en que los efectos han sido estadísticamente significativos, pero aún mínimos, las tendencias semanales de puntuación nos están devolviendo a la «normalidad» prepandémica.